Collage procedente de talleres infantilEn la actualidad somos protagonistas de una sociedad compleja que se caracteriza por estar en continuo cambio, globalizadora y generadora constante de información, en la que lo importante no son sólo los conocimientos, sino las competencias, que cada persona, cada grupo y cada equipo, utiliza para afrontar retos, solucionar conflictos y lograr objetivos.

Cada uno de nosotros, como agentes activos de esta sociedad debemos asumir la responsabilidad que nos toca posicionándonos, y actuando en coherencia con lo que realmente queremos de ella, colaborando activamente en la construcción de la sociedad futura.

Los docentes como agentes sociales, somos responsables de la futura sociedad que queremos que nuestro alumnado protagonice. Es prioritario tomar conciencia del nuevo paradigma educativo que ya se está gestando, y necesario para que sean personas competentes, felices y tengan éxito en su futuro personal y profesional.

Actualmente nos encontramos en las aulas con problemas de desmotivación, problemas de atención, conductas disruptivas, fracaso escolar….podríamos seguir detallando. Además, sabemos que las personas que mejor rinden en el trabajo, y consiguen convertirse en grandes profesionales de éxito, son las más motivadas.

Parece entonces sencillo pensar que a más motivación, mejor es el aprendizaje, el éxito académico y mayor logro profesional. Pero ¿cómo podemos realmente conseguir una mayor capacidad motivacional?

Tenemos a nuestro alcance multitud de herramientas que nos pueden ayudar a construir un aula creativa, colaborativa y motivada por el aprendizaje. El primer paso, y pilar necesario para poder utilizarlas de forma eficaz, es la toma de conciencia por parte de los/las docentes de qué hacemos y qué queremos hacer en el aula y con el alumnado, y la apertura comprometida a nuevas formas de educar.

En nuestros talleres de formación a docentes trabajamos con una metodología para el aula que suma varias perspectivas: aprendizaje cooperativo, aprendizaje experiencial, gestión emocional y coaching educativo. Es una metodología que parte del interior, del “motor”, de los diferentes protagonistas implicados en los procesos de aprendizaje:

  • Desde dentro de cada docente, es decir, desde el autoconocimiento y el descubrimiento de los valores y las creencias que mueven y guían la labor docente y el rol que elije tener.

  • Desde dentro de cada alumno/a, contando con la individualidad, la creatividad, talentos y deseos personales.

  • Desde dentro del aula, teniendo en cuenta el grupo como generador creativo de ideas y como un sistema, mucho más potente que cada uno de sus miembros por separado.

Cuando en el trabajo grupal se abren espacios para que los miembros del grupo revisen las sensaciones y experiencias emocionales que se están produciendo durante la tarea, los grupos se cohesionan de una manera muy notable, y esta cohesión incide positivamente sobre los resultados. Surge compromiso, responsabilidad, alta implicación y se potencia el pensamiento independiente, crítico y creativo de todos sus miembros.

Somos seres sociales y en este sentido el centro educativo es el espacio natural idóneo desde el que podemos dar a nuestros estudiantes la oportunidad de conocer en profundidad las emociones que se generan dentro de los grupos para que aprendan a gestionarlas y desde ahí desarrollar liderazgo y habilidades sociales.

Por otro lado, cuando se trabaja con una metodología de coaching de equipos, el claustro de profesores y el equipo directivo de los centros se beneficia y mejora su desempeño, dando respuesta a los desafíos que tienen por delante, de igual manera se mejora la calidad en las relaciones con las familias.

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