El aprendizaje emocional, implica aprender a tomar de conciencia de lo que sentimos, y aprender a poner en marcha recursos para modular las emociones y gestionarlas
Las características de la sociedad en la que vivimos actualmente y los últimos descubrimientos en Neuropsicología justifican la necesidad de cambiar nuestra forma de educar introduciendo el aprendizaje de la gestión emocional dentro de la vida familiar y educativa.
Por un lado, estamos frente a una sociedad de cambios, entre los cuales podemos considerar el incremento de la tasa de divorcios, la influencia de los medios de comunicación, el uso excesivo e inapropiado de tecnología. El ritmo de la vida cambiante y acelerado, por lo tanto estresante. Niños y niñas ocupados con los deberes, las actividades extraescolares, sin apenas disfrutar de una socialización rica y no dirigida. Además, están bajo una presión constante para que logren éxitos académicos, por lo tanto, la escuela se ha convertido en una fuente de ansiedad para los niños y para su familia también.El ritmo de la vida cambiante y acelerado, por lo tanto estresante
Nuestros pequeños tienen más medios para interactuar con el mundo, más información que procesar, y no es de extrañar que les cueste cada vez más centrarse y focalizar la atención y tomar decisiones teniendo en cuenta a los demás y a sí mismos.
Ahora sabemos que la emoción interfiere con la razón y que la razón modifica la emoción, no se pueden separar
Por otro lado, no podemos ignorar los descubrimientos de la Neurociencia. Sabemos cómo funcionan los hemisferios cerebrales: el hemisferio izquierdo es el del pensamiento analítico, racional y deductivo. El hemisferio derecho es en el que desarrollamos la visión de conjunto, el imaginativo y creativo y el del pensamiento divergente (el que ayuda a ver un amplio repertorio de opciones). Se hace fundamental educar para el desarrollo de ambos hemisferios. Ahora sabemos que la emoción interfiere con la razón y que la razón modifica la emoción, no se pueden separar.
Otro descubrimiento fundamental es la plasticidad del cerebro. El cerebro es plástico, las experiencias, los sentimientos, los pensamientos, todo está continuamente modificando las conexiones entre las neuronas, desde el nacimiento hasta la vejez. Podemos aprender cómo crear circuitos neuronales que nos beneficien, circuitos sanos.
Que los niños y niñas aprendan a utilizar los sentimientos a su favor tiene grandes beneficios:
Fortalece la autoestima y ayuda a desarrollar relaciones positivas con los demás.
Aumenta su capacidad para afrontar dificultades y aprender de ellas (resiliencia).
Ayuda a mantener y a reforzar la salud física y psicológica.
Permite usar el cerebro al cien por cien, ambos hemisferios y así desarrollar habilidades y talentos.
Mejora el rendimiento escolar.
Previene conductas delictivas y el consumo de drogas.
Aprendamos juntos a tener una vida sana y feliz.