El fallecimiento de seres queridos, la ruptura de relaciones, la pérdida de pareja, la pérdida de empleo, son vivencias de duelo difíciles de gestionar que pueden provocar crisis muy dolorosas y que se prolongen en el tiempo.

El sufrimiento provocado por vivencias dolorosas llega a ser incapacitante.En nuestro desarrollo vital pasamos por diferentes etapas en las que se producen cambios importantes a nivel físico, psicológico y social, y en muchos casos no contamos con los recursos necesarios para afrontar estos cambios, superarlos, aprender y evolucionar, convirtiéndose en vivencias dolorosas en las que el sufrimiento llega a ser incapacitante.

Crisis - Oso de peluche perdido en la calleIgualmente, a lo largo de nuestras vidas sufrimos pérdidas que, dependiendo de las circunstancias personales y del momento vital, pueden ser realmente muy traumáticas. El fallecimiento de seres queridos, la ruptura de relaciones con algunos familiares, la pérdida de pareja, de determinadas relaciones de amistad, o la pérdida de empleo, son vivencias de duelo difíciles de gestionar. Parar durante un tiempo, sentir el dolor y llorar, reconociendo y valorando lo que se ha perdido, es necesario y sano, desde el punto de vista psicológico. De esta forma, de manera natural, se consigue dar significado a lo ocurrido  y continuar con la vida. Sin embargo, si la persona no es capaz de resolverlo adecuadamente, sentimientos de inseguridad, de miedo, tristeza, ansiedad, frustración, rabia, pensamientos negativos, paralizantes y autodestructivos pueden llegar a convertirse en el centro vital. Cuando esto se agrava y se prolonga en el tiempo, pueden darse consecuencias poco deseables en la salud física y psicológica de la persona, y en las relaciones con su familia y entorno social.

El trabajo terapéutico prioriza  el ser capaz de gestionar los factores que afectan a esa situación de crisis o de duelo, reconstruir y resignificar la pérdida, o pérdidas,  y las vivencias asociadas y conseguir aprender de ella, desarrollando la fortaleza psicológica necesaria para recuperar el equilibrio y bienestar.

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